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Familia y salud, dos aliados
¿Qué relación pueden tener? Más de la que pensamos…
El impacto de la familia en la salud se puede abordar desde tres perspectivas: como el entorno donde se aprenden conductas relacionadas con la salud, como contexto causante de la salud y la enfermedad y como proveedor de atención y cuidados.
¿Qué aporta cada uno de ellas?
a) lugar donde se aprenden conductas. La familia es el escenario donde se transmite una cultura que incluye la de la salud y que influye en el tipo de autocuidados y comportamiento en general. Podríamos decir que una familia saludable es aquella que transmite y practica diariamente hábitos de higiene personal y familiar, contribuyendo cada uno, sin importar la edad, el sexo o jerarquía a mantener el orden y limpieza del hogar; que establece hábitos alimenticios en donde las horas de comida son espacios de convivencia, comunicación y salud o en la que no hay lugar para el desarrollo de adicciones y/o conductas violentas, entre otros.
b) causante de la salud y la enfermedad: la familia cumple un rol muy importante en la recuperación del paciente, desde los aspectos físicos hasta los económicos y emocionales. La reacción de la familia a la enfermedad y las actitudes hacia la convalecencia del enfermo son de importancia crucial para su recuperación. La unión familiar contribuye en gran medida a la mejoría de alguien enfermo y los especialistas en la salud recomiendan a los familiares brindar ayuda y participar en todo momento del proceso de recuperación. Por ejemplo, cómo la familia acepte o no el diagnóstico de una enfermedad en uno de sus miembros puede, por ejemplo, afectar a su rehabilitación o el curso de la propia enfermedad.
c) proveedor de atención y cuidados: en la actualidad la familia está adquiriendo una importancia cada vez mayor como dispensadora de atención a la enfermedad crónica, la minusvalía y los cuidados del anciano. Los cuidados se pueden dirigir a terapias, aseo personal, velar por una dieta equilibrada, la administración de medicamentos, todo siempre bajo una supervisión médica. Asímismo, estos cuidados implican un efecto económico. Pongamos el caso de una persona de edad avanzada en cama y debido a su enfermedad recibe ayuda de sus parientes en sus cuidados básicos, sin necesidad de recurrir a la ayuda de una enfermera. Ello implica un gasto menos para ellos. Al mismo tiempo que se satisfacen las necesidades físicas se cubren las económicas, reduciendo así los gastos de este paciente. Pero sobre todo al integrarse los miembros de la familia hay un aspecto solidario y un vínculo emocional que otra persona tal vez no logre desarrollar con este enfermo.
Reconocer el rol de la familia en el cuidado y la promoción de la salud hace que los profesionales de la salud establecezcan relaciones de una mayor igualdad y cooperación con ella. La familia se convierte así contexto y estrategia para el desarrollo de la salud.