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Alzheimer: La enfermedad de la familia
A medida que envejecemos olvidamos ciertas cosas. En los olvidos normales del envejecimiento, la persona no recuerda detalles de situaciones. En cambio, las personas con Alzheimer olvidan las situaciones por completo y lo que es peor no lo recuerdan a pesar de recibir indicios o pistas. Esto suele traer complicaciones en la esfera laboral y familiar. Ante la sospecha o preocupación de que esté ocurriendo un cambio en alguna de las funciones mentales superiores mencionadas, por ejemplo memoria, orientación, capacidades en el lenguaje o síntomas en la conducta, es importante realizar una consulta a un neurólogo con experiencia en este tipo de problemas.
Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), en el mundo hay 47 millones de personas con demencia, de entre los cuales entre el 60% y 70% sufren Alzheimer, un síndrome que deteriora la función cognitiva, afectando la memoria, la orientación, la comprensión y el lenguaje, además de ser una enfermedad en la que la toda la familia sufre las consecuencias en mayor o menor medida.
Después de los 45 años de edad hay que prestarle atención a la falla de la memoria y consultar a un especialista para determinar su causa, ya que podría tratarse de Alzheimer.
El papel de la familia
La familia juega un papel muy importante en el cuidado del paciente con alzheimer. El afectado no puede seguir cumpliendo con responsabilidades previas, así que los familiares irán tomando nuevas funciones, además de cuidar del enfermo. El entorno familiar deberá darle a la persona afectada la valoración y el apoyo que necesita para enfrentar su situación.
Una tarea difícil para la familia es aceptar los síntomas del paciente, su progresiva debilidad y dependencia. Por eso se aconseja buscar información con especialistas y grupos de apoyo, quienes pueden brindarles orientación sobre la mejor forma de atender las necesidades físicas y emocionales de su ser querido. Debemos recordar que a pesar de la pérdida de la memoria y otras facultades, aún se conserva alguna de sus capacidades y todavía se tiene una conexión emocional con las personas y su medio, por lo que la comprensión, cariño y cuidado de la familia se vuelve fundamental en las últimas etapas de esta enfermedad.
Prevención
En la actualidad no existe una cura para la enfermedad de alzheimer. Las recomendaciones de los expertos se centran fundamentalmente en dos puntos clave:
- Detección precoz de los primeros síntomas y ejercitar la memoria y la función intelectual.
- Mantener una dieta equilibrada y baja en grasas, rica en alimentos antioxidantes que contengan vitamina E ayuda a proteger frente al deterioro cognitivo. Aceites vegetales de maíz, nueces, semillas, hortalizas de hoja verde y cereales en el desayuno son ejemplos de ello.