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Hígado, principal órgano afectado por la hepatitis
La tercera parte de la población mundial está infectada con algún virus de la hepatitis. Frenar el avance de esta enfermedad contagiosa está en nuestras manos. Para prevenirlo, hay aspectos que debemos conocer.
La hepatitis es una enfermedad de la que se conocen muchas causas:
En el caso de las hepatitis producidas por virus podemos distinguir entre virus específicos para la hepatitis (virus de la hepatitis A, B, C, D y E) y otros virus no específicos, que son aquellos que suelen manifestarse con otras patologías pero que, en ocasiones, terminan provocando este trastorno.
Tipos de Hepatitis
Síntomas
Los síntomas que pueden percibirse en los primeros momentos de la enfermedad (primeros 5-7 días tras la infección) son fácilmente confundibles con los de una gripe o cualquier otra enfermedad común; se observa:
- Malestar general, cansancio y falta de concentración.
- Fiebre hasta 39ºC.
- Dolor muscular y articular.
- Dolor de cabeza.
- Fotofobia (fobia a la luz).
- Síntomas digestivos, falta de apetito, náuseas, vómitos y diarreas.
Tras esa primera semana en la que se aprecian síntomas poco específicos, comenzarán a aparecer otros que empiezan a ofrecer pistas sobre el origen de la enfermedad:
- Ictericia, apariencia amarillenta de la piel. La ictericia ocurre por un aumento de bilirrubina en la sangre.
- Orina de color oscura y heces decoloradas o teñidas, como consecuencia de un trastorno en la circulación hepática.
- Mal aliento, sabor amargo en la boca.
- Picor.
- En ocasiones se produce dolor abdominal, en el lado derecho o en el izquierdo, dependiendo de si este dolor proviene del hígado o del bazo.
Prevención
Según datos de la OMS, solo una de cada 20 personas infectadas con hepatitis B o C conoce su situación, lo que facilita que esta enfermedad infecciosa siga extendiéndose por todo el mundo. La prevención es la mejor opción para evitarlo, y estas son algunas recomendaciones que debes tener en cuenta para prevenir un contagio:
- Vacunarse contra la hepatitis A y B
- Mantener hábitos de higiene adecuados.
- Evitar compartir agujas, jeringas, etc.
- No someterse a intervenciones estéticas (piercings, tatuajes, cirugías menores, etc.) en centros que no sean seguros.
- Mantener relaciones sexuales con protección.